Ante la necesidad de iluminar correctamente un cuadro, me fue preciso instalar un punto de luz. Además, por la posición en que debía situarse, éste tendría que pasar casi desapercibido, siendo, por tanto, de un tamaño suficientemente reducido. Para ese fin proyecté un pequeño foco de luz, de la siguiente manera:
El flexo del foco se materializa mediante el empleo de un tubo flexible de fontanería, rigidizado mediante un alambre grueso. De esta forma, el foco mantiene permanentemente la posición deseada. El tubo flexible se une a un trozo de tubería de cobre, a la que se le ha practicado unos pequeños orificios para favorecer la disipación del calor. Por último, en el extremo del tubo de cobre se acopla el casquillo de la lámpara, en este caso dicroica, conectada directamente a la red de 220 V. El conjunto del foco se apoya en una abrazadera sujeta a la pared, pudiendo orientarse éste en todas las direcciones.
Se trata, por tanto, de un peculiar foco que resolvió perfectamente mi necesidad de iluminación, con las características antes mencionadas.
