Motor hecho escultura
En cierta ocasión tuve en mis manos una vieja máquina cortacésped que resultaba inservible para su fin principal, es decir, cortar esa hierba tan preciada denominada césped. Pensé entonces en dar, de alguna manera, una segunda vida a aquella máquina, revalorizándola. Sin duda alguna, su belleza radicaba en su principal componente: el motor. Se trataba de una máquina de origen norteaméricano, de la firma AMF Western Tool Division.
Decidí entonces convertir aquel viejo motor en una "escultura", apoyada en un sillar de piedra caliza, acompañada del peine de un viejo rastrillo, conformando así una pretensión de monumento a la jardinería.
Motor hecho escultura
Placa del viejo motor, ahora con un nuevo uso
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